sábado, 18 de agosto de 2018

Novelas Carlox Saga Hazañas del Olimpo parte 1 Capítulo 1


Saga de las Hazañas del Olimpo: Parte 1: Un mundo escondido.















Capítulo 1: Me mudo a un sitio desconocido.

Un momento, quieto ahí parado, si tú, el que ahora mismo está leyendo esto; asegúrate de leer esta historia bajo tu responsabilidad, porque a lo mejor se te puede volar la cabeza con tantas cosas que voy a contar.

Y te aviso de que, si sientes en tu interior que te identificas con esta historia, puede ser bueno o malo: puede ser bueno porque tal vez tu vida una completa basura como la que estoy viviendo yo o como mis amigos y enemigos, o a lo mejor será porque tal vez eres uno de nosotros; cosa que es increíblemente malo, y por eso te advierto de que leer esto te podría hacer pensar que formas parte de nuestra estirpe.

Pero, en fin, espero que no seas como yo porque ya bastantes problemas tengo en mi vida, aunque bueno, primero deja que me presente: mi nombre es Jack Richards, si no he perdido la cuenta tengo una edad de unos 16 años y si te preguntas de donde soy es bastante raro, ya que supuestamente mis padres son de Los Ángeles, pero toda mi vida la he pasado viviendo en Las Islas Canarias.

Si ya sabes, las siete islas esas que están al lado de África que forma parte de España, esas islas. A pesar de que estaba todo el tiempo viajando de aquí a allá, mi auténtico sitio estaba en Gran Canaria, específicamente en las Palmas.

No me pregunten el por qué, pero para todas las personas que yo había conocido, no paraban de decirme de era algo así como un emo rockero: si solamente tenía el pelo algo así como un emo, mis ojos eran de color negro y siempre llevaba ropa de rockero (ahora que lo digo, tal vez si que tiene sentido que me lo digan).  Siempre iba con una camisa con el logotipo de un diablo, una chaqueta de cuero sin mandas que hice yo mismo, pantalones negros, botas del mismo color y guantes.

El caso es que para desgracia mía, mi madre nos tuvimos que mudar a Vecindario: mi mamá es algo así como una camionera que literalmente va de cosplay de ese estilo siempre, y yo iba en su gran camión todo deprimido.
- ¿Todo bien? - me dijo mientras conducía.

- En parte sí -le dije mientras veía el paisaje desde mi ventana ­­­­­-, es solo que no sé si es buena idea que me lleves a ese insti.

- ¿Y eso por qué? -me preguntó.

-Pues básicamente porque es el IES Josefina de la Torre -le comentada mientras revisaba mi móvil -, a ese instituto solamente van pijos que es que están todo el rato creyéndose los mejores.

-Es que lo cogí porque como estaba al lado de nuestra casa, pues para que complicarse la vida. -me dijo como si fuera algo lógico.

-Bueno -contesté y apagué mí móvil -, haré un esfuerzo. Pero como me toquen muchísimo la moral, los mando al Infierno.

-Acabas de sonar cómo tu padre -comentaba -, siempre que se metían con él parecía el mismísimo diablo.

Triste realidad para mí, en toda mi vida nunca había llegado a ver ni a conocer a mi padre, pero ya veréis que cuando lo conozca; me voy a arrepentir y mucho. Después de un pateo enorme en el camión, por fin llegamos a la maldita ciudad de Vecindario: lo cierto es que se notaba un ambiente muy diferente a cuando estaba en Las Palmas, pero a la vez notaba como si algo estuviera en la ciudad.

Pasó entonces un mes intentando socializar con la gente de mi alrededor, pero, sobre todo adaptarme a mi nuevo instituto: al final no era tan malo como creía, lo cierto es que todos sus profesores me caían bastante bien, incluso para mi sorpresa mis compañeros resultaron no ser tan creídos como me habían contado.

Lo creáis o no, soy un tío bastante cerrado en el sentido que me cuesta abrirme, ya que desde siempre he sentido que todas las miradas de las personas estaban centradas en mí. No solo eso, sino que además tenía de pequeño un pequeño problema de paranoia que al final acabé superándolo, pero los doctores me dijeron que si no me lo hubiera quitado de encima; tal vez sería todo un psicópata.

Lo que si que era raro era de que muchos alumnos entraban y salían bastantes chavales de un ascensor que estaba por una de las entradas: pero lo raro es que supuestamente ese ascensor está en mantenimiento, por lo que es imposible que entre y salga gente de allí.

Me harté por fin de tanto misterio y fui a preguntar al director, ¡el muy tuvo la cara de decirme que eran imaginaciones mías, como si estuviese mal de la olla!
Por la tarde, me quedé en casa solo en mi cuarto, tumbado en la cama queriendo saber lo que en realidad estaba pasando, así que no dudé en antes de actuar; llamar a mi madre.

- ¿Mamá? -le pregunté cuando me logró contestar.

- ¿Qué pasó hijo? -me preguntó mientras bostezaba -Estaba en mi descanso.

- ¿Te acuerdas cuando te comenté lo del ascensor? -le contaba -Se que lo que vas a oír va a ser muy raro, pero tenía pensado que esta noche podría colarme en el instituto y ver que está pasando.

-Ni se te ocurra entrar ahí -me contestó de una forma muy pero que muy seria.
- Mamá, eso acaba de sonar muy raro -me extrañé -es como si en realidad supieras lo que hay allí.

-Es que... hay tantas cosas que no sabes -me explicaba de una forma preocupante -siempre te he querido mantener alejado de ese lugar, pero veo de que ahora ha llegado el momento. Si vas a ir a ese lugar, haz el equipaje.

- ¿Insinúas que si voy allí me quedaré por una larga temporada? -le pregunté demasiado extrañado.

-Podría ser así. -de contestó mientras parecía que estaba a punto de llorar y me colgó.
Me dejó impactado, si ella increíblemente se ponía así, solamente significaba que era un tema serio. Me llevé en mi mochila lo típico: ropa, mi cepillo de dientes, básicamente lo que se suele llevar uno.

Otra cosa no, pero en la infiltración era un auténtico ninja, gracias a eso me logré colar escalando los barrotes del instituto y llegar hasta el ascensor. Para mi mala suerte, al pulsar el botón noté como subía hasta que se abrieron las puertas: al entrar ahí me di cuenta de que había un botón que tenía inscripciones en griego.

No se por qué razón, pero desde pequeño me había gustado muchísimo estudiar idiomas antiguos como el latín o el griego, pero además de eso era un absoluto sabelotodo con respecto a todas las mitologías.

Me atreví a pulsar el botón y de la nada salió un humo por las paredes que llegué a respirar que lo que hizo fue desmayarme.

5 comentarios:

  1. Buena historia. Esta muy bien cuidada y epica

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    1. Ciertamente en ORACIÓN PROHIBIDA no se permiten malos escritores como colaboradores, pues buscamos lo mejor para nuestros lectores.

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    2. Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.

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  2. Muy buena lectura carlo es muy épica sigue así crack
    Firmado por tu amigo fiel

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    1. Muchas gracias anónimo, no sé de que conocerás mi nombre, pero me ha gustado mucho

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