viernes, 20 de abril de 2018

Los Vientos del Norte-- La Chica Perdida 01

Selina recordaba tan solo su nombre, que tenia 19 años y que había sido raptada por uno ladrones de los que consiguió escapar en un despiste de sus raptores. Después de eso había estado caminando sin parar durante ocho días, hasta que se desmallo cuando se encontraba junto a un manzano, cayendo al suelo y dándose un buen golpe en la cabeza, claramente el culpable de su perdida de memoria. Al despertar no esperaba encontrar a un hombre de cara tan poco amigable despertando la, por lo que se sobresalto y soltó un golpe hacia el estomago de este mismo, pero le agarro el brazo  impidiéndoselo, y le dijo:

-- Tranquila, no te haré nada, tan solo quería ver si estabas bien, pues la vi hay desmallada y pensé que le pasaría algo.--


-- Pero -- le respondió ella-- ¿por qué tendría que fiarme de ti?--


-- No tienes razones para fiarte, más te aseguro que puedes, si así lo desea seguiré mi camino ahora mismo, aunque creo que estáis perdida... --


-- ¿Que os hace pensar eso? -- Le interrumpió ella molesta.


-- Pues que os desmallasteis aquí a las afueras de un pueblo en vez de haber intentado llegar a el, lleváis la ropa echa jirones y estáis completamente sucia. A lo mejor me equivoco pero esa es la apariencia que me a dado a mi.-- le explico el.


Tras escuchar eso fue cuando se dio cuenta de que el antes hermoso vestido largo hasta los tobillos, de color azul marino, con bordes dorados y el dibujo de unos pájaros de oro volando en la falda; se había convertido en uno corto hecho jirones que le alcanzaba tan solo hasta encima de sus rodillas y al cual todos los adornos dorados se le habían borrado. También se dio cuenta al mirar sus manos oscurecidas que se encontraba extremadamente sucia.


-- Maldita la razón que llevas, pues no te equivocas me hallo perdida. Así que aceptare la ayuda que me ofreces. Pero antes quiero saber tu nombre.--


A lo que el dijo:


-- Por su puesto, mi nombre es Anacleto --


-- Pues entonces Sir Anacleto...--


-- Solo Anacleto, no soy señor de ningún lugar, ademas, aquí no hay caballeros ni nobleza.-


-- ¡De verdad! Pensé que erais un noble o un caballero con tierras por vuestras ropas, más me sorprende que en esta tierra no hallan tan si quiera.-- Pensó eso pues las ropas que Anacleto portaba eran de una tela rojo intenso que jamas había visto, con hombreras con una V del revés y de oro seguramente puro, ya que brillaba como nada que ella hubiera encontrado antes, ademas llevaba una banda con tres rayas, de las cuales las de los laterales eran de color azul marino y la del centro de un azul también pero tan claro como el del cielo, en la cual habían una gran cantidad de medallas y insignias colgadas, ademas otra vez una V al revés.


--¡¿Estas ropas dices?!-- le pregunto el -- Jajajajajajajajajaja...--


Esas risas la molestaron pues sabia que se reía de lo que ella había pensado.


-- Esto es tan solo mi uniforme militar de gala.-- le dijo el mientras paraba de reír -- ni si quiera es uno de alta calidad pues no soy rico ni de rango muy alto.--


-- Uniforme militar de gala ¿que es eso?--


--¡Claro! vos no sois de por aquí por lo que es lógico que no sepáis lo que es.--dijo dando se un golpe en la frente-- Os lo explicare de camino al pueblo.


Así fue, mientras caminaban por el camino en dirección al pueblo le explico que era un uniforme militar de gala y que era algo que los soldados de estas tierra usaban para las fiestas, asuntos oficiales que no fuera la guerra y los de rango capitán de unidad o superior para ir a reclutar hombres.

Al llegar al pueblo se quedo extrañada pues las casas tenían el techo plano y del mismo material que las paredes, que ademas era un material extraño para ella pues no era barro o piedra, en vez de estar echos de paja y de forma triangular como ella recordaba de las casas. Ademas en el techo de algunas había gente descansando o haciendo cosas y algunas casas tenían otras encima o por detrás, a las que solo se podía entrar por el techo de la de delante. Todo eso la desconcertó más, pues nunca había visto algo así.

No hay comentarios:

Publicar un comentario