martes, 22 de mayo de 2018

Los Vientos del Norte -- Una Tierra Extraña 02

Nota Autor(NA): me disculpo pues este capitulo es un poco muy corto dado que no se me ocurría nada, pero os compensare con algún capitulo más largo.



Mientras observaba todas esas extrañas cosas Selina no paraba de impresionarse, pues no solo las casas eran extrañas, sino que la gente realizaban cosas que ella nunca había visto, desde estar en los tejados descansando, salir casi desnudos a los mismos, llevar cosas de transporte en unas extrañas carretas de una sola rueda, que Anacleto le dijo se llamaban carretillas, o ir charlando por las calles mientras llevaban unas largas telas al hombro, según Anacleto iban a una cosa llamadas termas y esas telas eran toallas. También vio alimentos que nunca antes conoció, uno era una extraña bola blanca que salia de pelar otra marrón, una planta parecida al trigo pero mas grande que tostaban los granos en la espiga y luego los comían, unos rojos que cortaban en rodajas y ponían aceite con una hierba verde para luego comerlo.
No solo eran las comidas también las calles y las ropas de las personas eran extrañas, en el caso de las calles a diferencia de lo que ella podía recordar que eran de tierra, estas estaban cubiertas de piedra y se notaba que estaban bien drenadas, y en el caso de las ropas las había de muchos tipos, pero las más comunes en los hombres eran unas especies de vestidos con cinturón, que Anacleto llamo "quitón" y en las mujeres era una prenda muy parecida a loa "quitones".

Al rato llegaron al otro extremo de la villa sobre una colina, rodeada de cultivos, llegaron a la casa que Anacleto dijo ser suya, más ella aun pensaba en las cosas extrañas que había visto y si no estaría en un nuevo y extraño mundo.

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